El impredecible derrame
Lo que aquí se relata era más impredecible que la más inverosímil rotura de motor de un fórmula 1, fue como si Alonso y Schumi se paran unos metros antes de la meta, bajan del coche y hacen un calvo al respetable, quedando descalificados del mundial.

Y es que mientras tomábamos el café erogado por nuestra querida Necta Brio 250 y departíamos sobre los temas de siempre, súbitamente se escuchó un ruido hueco, como de un vaso vacío chocando contra el suelo, y la imagen con que nos encontramos al girar la mirada fue la que aquí se publica.
Nadie, ni siquiera Bodi, el autor de esta obra de arte, pudo explicar cómo pudo el café derramarse verticalmente y extenderse de semejante manera, ni cómo pudo quedar la cucharilla pegada a la pared.


